Los desafíos globales a los que nos enfrentamos actualmente son innumerables; pobreza, desigualdad, cambio climático, desempleo, entre otros. En el año 2015, los 193 estados miembros de las Naciones Unidas definieron un marco de actuación en el que se establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y una fecha límite para alcanzarlos: 2030. No obstante, y a pesar de que se dispone de un marco bien definido, estas metas son difíciles de alcanzar. El esfuerzo por parte de todos y todas es necesario, y la educación es sin duda clave para el desarrollo sostenible, ya que una de sus principales misiones es formar a los y las ciudadanas del mañana. Con el fin de contribuir a la transición hacia una forma de vida mucho más sostenible, las Naciones Unidas establecen que los profesionales de la educación deben asegurar la enseñanza para el desarrollo sostenible y la ciudadanía global (ODS 4, epígrafe 7). 

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Desde un día o semana temáticos hasta propuestas a largo plazo, alinear las estrategias institucionales con la agenda 2030, o integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el currículo es más sencillo de lo que aparenta, ya que están directamente relacionados con la ciencia y la tecnología (STEAM) o con cuestiones sociales y políticas. Por ello pueden ser utilizados en prácticamente todas las asignaturas y son una gran fuente de inspiración para las programaciones didácticas.
 

Con base en esta definición, se trabajará en primer lugar la competencia intercultural, para que los participantes tomen conciencia de su cultura propia y de la de los demás. A continuación, se abordarán las competencias para la facilitación intercultural, con el fin de que los docentes sean capaces de interactuar con sus alumnos, facilitando el aprendizaje significativo y fomentando un entorno de aprendizaje seguro e inclusivo.